La alergia es una respuesta inmunológica exagerada del organismo al entrar en contacto con sustancias o elementos externos (alérgenos), que generalmente no son nocivos y no afectan a las personas que no son alérgicas. Los alérgenos más comunes son los ácaros del polvo, el polen, el pelo de animales y las esporas de los hongos. La reacción alérgica también puede ser provocada por alimentos, látex, medicamentos, picaduras de insectos (avispa, abeja), etc.

En los últimos años se ha observado un incremento en el número de personas afectadas por alergias en los países desarrollados. Los factores que podrían explicarlo son diversos, pero destacan los genéticos y los ambientales. Algunos de los factores ambientales más importantes son la contaminación (principalmente la derivada de la combustión de productos derivados del fuel), y también vivir en un entorno con buenas condiciones sanitarias e higiénicas: este hecho hace que se hayan reducido los gérmenes con los que el nuestro sistema inmunitario debe enfrentarse, y entonces reacciona atacando sustancias que no son nocivas.

Las alergias se pueden relacionar con enfermedades del aparato respiratorio como el asma, la rinitis y la conjuntivitis; enfermedades de la piel como el eccema y la urticaria, o con reacciones graves de inicio rápido que afectan conjuntamente la piel, el aparato respiratorio y el cardiovascular (anafilaxia).

¿Cuales son los síntomas más comunes?

Los síntomas pueden variar de una persona a otra. Los más comunes son:

  • Tos y dificultad para respirar.
  • Picor en la nariz, los ojos, el cuello, en la piel …
  • Erupciones cutáneas.
  • Lagrimeo en los ojos y conjuntivitis.
  • Secreción nasal.
  • Estornudos.
  • Dolor de cabeza.
  • Urticaria.
  • Sibilancias.

¿Cuales son las causas?

Cuando el sistema inmunitario ha fabricado unas defensas (anticuerpos) que reconocen un alérgeno determinado, se produce la liberación de unas sustancias químicas (por ejemplo, la histamina) que desencadenan una reacción, de gravedad variable, que provoca los síntomas de la alergia.

Nuestro cuerpo entra en contacto con el alérgeno de maneras diferentes:

  • Por contacto directo con la piel o las mucosas.
  • Por inhalación.
  • Por ingestión.
  • Para inyección.

Alergia al polen, a los ácaros del polvo, el pelo de algunos animales y en las esporas de los hongos

La reacción alérgica se desencadena cuando un determinado alérgeno (polen, ácaros del polvo, pelo de animales o esporas de hongos) entra en contacto, por vía respiratoria y / o ojos (y en cantidad suficiente) con una persona sensibilizada.

La mayoría de las plantas que producen alergia polinizan en los meses de primavera (aunque algunas lo hacen en otoño y en invierno). El periodo de polinización de cada especie es similar de un año a otro, aunque las concentraciones ambientales de polen pueden ser muy diferentes en función de factores climáticos (viento, lluvia, etc.).

El diagnóstico

Los alergólogos son los médicos especialistas que hacen el diagnóstico de las alergias y pueden indicar las medidas preventivas específicas así como el tratamiento más adecuado en función del tipo de alergia que presente la persona afectada. El Dr. Roberto Mendez Infante es el médico especialista en alergologia de nuestro centro Sanna. 

Algunas de las pruebas que puede pedir que se realicen son:

  • Pruebas cutáneas: consistentes a inocular el alérgeno en la piel y ver si produce reacciones locales.
  • Análisis de sangre: para determinar la presencia de anticuerpos específicos para determinados alérgenos.
  • Pruebas de exposición controlada: cuando el diagnóstico aún no está claro, se puede realizar un test de provocación ocular, nasal o bronquial con el alergeno en estudio para demostrar su causalidad en la alergia respiratoria, o un test de exposición oral o inyectado con el alimento o el medicamento sospechoso, para comprobar la relación entre la ingesta y los síntomas. Estos tests se hacen en el hospital.

¿Qué tratamientos hay?

Los medicamentos que alivian los síntomas respiratorios más utilizados son los antihistamínicos orales y los corticoides nasales para la rinoconjuntivitis, y los broncodilatadores y corticoides inhalados para el asma.

En el caso de anafilaxia o reacción alérgica grave, hay que inyectarse adrenalina (epinefrina) inmediatamente, y se requiere asistencia médica urgente.

La inmunoterapia consiste en la administración, por vía subcutánea o sublingual, de dosis progresivas hasta alcanzar una dosis de mantenimiento, de un extracto derivado de la fuente alergénica durante un periodo de entre tres y cinco años. El objetivo es conseguir que el sistema inmunitario deje de considerar ese elemento como extraño y no se produzca la alergia.

La inmunoterapia se utiliza especialmente para la alergia al polen, a los ácaros, el pelo de algunos animales, a las esporas de los hongos, ya las picaduras de avispa y abeja.

Para más información, no dudeis en poneros en contacto con nuestro centro. 

Para pedir una cita con el alergologo, podeis llamar al 972 23 99 05 / 638 59 07 07.